Arden las embajadas yanquis
de las potencias imperialistas en el Norte de África y Medio Oriente…
HAY QUE RETOMAR EL GRITO
DE GUERRA DE LA CLASE OBRERA NORTEAMERICANA Y MUNDIAL
EN LOS 70 EN SU APOYO A
VIETNAM:
¡YANQUIS GO HOME!
EN LIBIA, EN RESPUESTA A LA MAGNÍFICA ACCIÓN
ANTIIMPERIALISTA DE LAS MASAS
LA REACCIÓN KHADAFISTA REVESTIDA DE “DEMOCRÁTICA”
LEVANTA CABEZA
E INTENTA DESARMAR EL DOBLE PODER DE LOS EXPLOTADOS
¡QUE SE DISUELVA EL CNL Y SE DESARMEN SUS GENERALES
KHADAFISTAS!
¡LAS MILICIAS OBRERAS Y
POPULARES DE LIBIA NO SE DESARMAN!
EL PAN NO SE HA CONQUISTADO Y EL IMPERIALISMO SIGUE
SAQUEANDO EL PETRÓLEO Y LAS RIQUEZAS DE LIBIA MIENTRAS MASACRA CON GENOCIDIOS A
LAS MASAS SUBLEVADAS COMO EN SIRIA JUNTO AL CHACAL AL ASSAD
¡CONGRESO NACIONAL DE LAS
ORGANIZACIONES OBRERAS DE LUCHA Y DE TODAS LAS MASAS ARMADAS DE LIBIA Y TODO EL
MAGREB, PARA CENTRALIZAR EL PODER DE LOS EXPLOTADOS!
¡EL ÚNICO CAMINO ES MARCHAR
AL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
El imperialismo concentra sus fuerzas para imponer su plan
contrarrevolucionario en Libia,
donde más lejos llegó la revolución socialista del Norte de África y
Medio Oriente
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Quema de embajada en Sudan |
1- La fuerza aérea y los helicópteros de Estados Unidos están
haciendo una demostración de armas violenta sobre el espacio aéreo de las
ciudades más importantes de Libia. Dos barcos de guerra norteamericanos están
en las costas libias con mil marines dispuestos a realizar cualquier operación.
Se escuchan disparos sin blancos fijos. Con todo esto amenazan a la población
después de los acontecimientos en el Consulado yanqui. Esto le permitió al
gobierno del Congreso Nacional Libio (CNL) ganar base social de las clases
medias y la burguesía comercial que quiere “orden” y “paz”. Donde mas se vio
esto es en Bengasi. Allí es donde más asentado está el plan de
contrarrevolución “democrática” y donde más estaría legitimado el gobierno
después de las últimas elecciones, ganar base social de las clases medias y la
burguesía comercial que quiere “orden” y “paz”. Decenas de miles de
funcionarios pagados con el fondo del saqueo del petróleo de Libia han sido
contratados por el nuevo régimen para reconstituir el estado burgués. La
mayoría de ellos son khadafistas que se hacen pasar por “revolucionarios”, y
miembros de las clases pudientes de Bengasi. Ellos fueron el componente
esencial en la marcha del viernes 21/9 contra las milicias.
Venimos insistiendo, desde la FLTI, de que las condiciones objetivas
para tomar el poder en Libia a la caída de Khadafy estuvieron planteadas en
reiteradas oportunidades. Denunciamos sistemáticamente que el plan de la
burguesía era aislar a las milicias que salieron de las entrañas de la clase
obrera y los explotados para poder desarmarlas, ganando base social contra ellas.
Insistimos que con sus armas las milicias debían apoyarse más que
nunca en la clase obrera y los explotados que es desde donde surgieron. Para
ello era imprescindible organizarse en un Congreso Nacional de Organizaciones
obreras y sus milicias, con comités de empresa que le permita a las milicias
controlar y disputarle el proceso de producción a los capitalistas e
independizarse y romper toda colaboración con el poder de la burguesía en
crisis. Esto era crear las condiciones para una insurrección victoriosa.
La descentralización de las milicias, que ocupan edificios públicos
en toda Libia, su separación de las masas, la inexistencia de organismos de
autodeterminación de las masas para que planteen sus problemas, sus demandas,
voten y resuelvan ejecutar la solución, con las milicias como brazo armado de
ello (estando así bajo la dirección directa de la masas autoorganizadas), ha
impedido que este verdadero doble poder se asiente y se arraigue en las masas y
actúe centralizada e independientemente del gobierno. Es que las masas
protagonizaron una enorme revolución que, sin dirección, terminó entregándole
el poder a la burguesía.
Las masas venían ejerciendo una política de presión sobre el que
creían que era su gobierno amigo. Tenían confianza en sus fuerzas, acrecentadas
por la debilidad con la cual surgía el gobierno burgués expropiador de la
revolución como lo fue el CNT.
Así sucedía desde que cayó Khadafy. Cada milicia presionaba sobre el
gobierno para conseguir demandas para los hospitales y escuelas de su ciudad,
para el pago de salarios de obreros que no cobran, o para exigir el pago y la
indemnización de guerra de los jóvenes milicianos que si se desmovilizan no
consiguen un lugar en la producción salvo morirse de hambre con salarios de
miseria, y sobre todo sin plata para casarse. Y si lo consiguen, los hijos de
la clase obrera viven hacinados con sus familias cuartos, uno arriba del otro,
en los techos de las casas, sin cloacas, agua corriente, luz, etc., mientras
los nuevos y viejos ricos intentar volver en pie los palacios con canillas de
oro de la Libia de Khadafy.
Justamente, las milicias se mantuvieron fuertes cumpliendo ese rol de
presionar al gobierno para conseguir las demandas de los explotados, como aún lo
están en Misarrata, en Sirte, en las Montañas Nafusa (Zentan, Yefren, Nalut,
etc.), en el Oeste y en otras decenas de ciudades.
Pero aún este doble poder aunque desorganizado y con masas llenas de
falsas ilusiones en la “nueva Libia”, se mantiene armado y sin entregar las
armas, porque el hambre aún no está resuelto. Esto le viene impidiendo a la
burguesía establecer un estado “normal” de dominio. El doble poder armado, no
sólo desestabiliza permanentemente el poder burgués sino que es irreconciliable
con él, porque no le permite al estado de los explotadores tener el monopolio
de las armas para controlar a la clase que explota.
Asentado en su genocidio en Siria, el imperialismo mundial avanza en
sus intentos de expropiar y derrotar la revolución en Libia
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Marcha de los obreros mineros de Lonmin en Marikana |
2- Al no tomar el poder las masas, el gobierno de los políticos y
generales khadafistas, revestido de “democrático” le impuso a las masas la
trampa electoral y logró, aunque de forma superestructural, una legitimación del
gobierno de los patrones, esta vez llamado Congreso Nacional. Legitimación que
el CNT no tenía. Aquel fue un gobierno ultra debilísimo, de transición y con
fuertes elementos kerenskistas, es decir nada de lo que él decía se hacia.
Por crisis de dirección las masas no se hicieron del poder. Ni
cuando llegaron a Trípoli; ni cuando ajusticiaron a Khadafy; ni cuando tuvieron
la posibilidad de hacerlo derrocando al débil gobierno del CNT que surgió de la
expropiación de la revolución. Las masas no pudieron tomar el poder en sus
manos, expropiando a las petroleras y al imperialismo sin pago, para resolver
los acuciantes problemas de hambre, miseria y de atraso de Libia, como parte de
una única revolución en el Norte de África y Medio Oriente.
Un complot de todas las direcciones contrarrevolucionarias del
planeta lo impidió, cercando su revolución como las de toda la región.
Las organizaciones de la clase obrera mundial dirigidas por los
partidos de la aristocracia y la burocracia obrera, fueron obligadas a darles
la espalda a las masas revolucionarias de Libia. Ello fue el elemento decisivo
que facilitó el trabajo a la burguesía en Libia para expropiar la revolución.
En ciudades como Bengasi y parte en Trípoli, a medida que se va
asentando la nueva asamblea legislativa, va ganando base social el gobierno del
CNL cuyo objetivo es aislar a las milicias para desarmarlas y masacrarlas, es
decir, para liquidar el doble poder de las masas, sin lo cual la “trampa
electoral” no se puede imponer, porque no puede aún reconstituir todas las
instituciones del estado burgués mientras las masas estén armadas.
El gobierno del CNL, emergido de las últimas elecciones, ya venía
con una contraofensiva que combinaba engaño, demagogia, cortinas de humo y
ataques directos a las masas en armas. La imposición de la trampa electoral
significó no solo que la clase obrera no tomó el poder, cuando la posibilidad
le pasó por sus manos, sino que al no hacerlo, la burguesía con el plan
electoral resquebrajó la alianza de la clase obrera con las clases medias a las
que le intentan dar una salida planteando que con “paz” y “orden” ahora puede
progresar y reconstruir Libia.
El péndulo de sectores de la clase media se fue de izquierda a
derecha. La clase obrera por traición de su dirección no pudo dar una
alternativa a la ruina de la nación y al saqueo imperialista. Ahora es la
burguesía la que intenta ganar a sectores de la clase media que ayer peleaban
junto al proletariado contra Khadafy, una salida basada en el “orden”, la
“democracia” y la “estabilidad” para reconstruir Libia.
Así el CNL empieza una campaña de provocaciones contra las masas,
aduciendo que tal o cual milicia eran “khadafistas armados” para perseguirlos,
encarcelarlos, reprimirlos, etc.
El nuevo gobierno intenta ganar base social no sólo con un engaño
electoral sino con mucha plata, tomando miles de nuevos funcionarios públicos
con altos sueldos para reconstituir el estado, armando una nueva casta de
oficiales muy bien paga, etc.
3- La actual contraofensiva
de la reacción se encuentra sostenida por la masacre de Al Assad en Siria a
cuenta del imperialismo, como ya dijimos. Las masas libias son las que mas
sienten el genocidio atroz de Siria, ellas veían como su revolución al
levantamiento de los explotados de Siria. Veían que allí estaban las fuerzas,
para juntos, vencer al estado sionista de Israel. Miles de sus combatientes
fueron a luchar a Siria y justo en momentos en que la izquierda lacaya del
imperialismo sostenía que no había condiciones para llegar a apoyar los
combates de las masas de Homs, Deraa, Damasco, etc. Muchos de esos combatientes
luego volvieron a Libia, sufriendo las derrotas y la misma destrucción que sus
hermanos sirios. El CNT decía “si quieren seguir haciendo la guerra, váyanse a
Siria”, esto para intentar disolver las milicias. ¡Cuanta sagacidad
contrarrevolucionaria por parte de la burguesía!
Reafirmemos, en Libia no
hay solamente engaño electoral y oleada pacifista de demagogia democrática de
la burguesía, sino traiciones de las direcciones del proletariado mundial,
genocidio en Siria y sostenimiento del estado de
Israel por parte de toda la izquierda mundial ya sea de forma directa o
indirecta apoyando a toda la burguesía palestina para que ésta mantenga, por lo
menos hasta ahora, disciplinada a las masas palestinas en campos de
concentración como lo hace Hezbollah en Líbano o la monarquía asesina de
Jordania. Con la clase obrera palestina sublevada y con las masas combatientes
de Siria controlando Damasco, esta ofensiva imperialista no podría ni siquiera
haber hecho pie en Bengasi.
4- La existencia de dos
poderes dentro de un mismo estado es irreconciliable.
Así, entonces, a la acción espontánea de masas contra el
imperialismo que quemó el Consulado yanqui en Bengasi, le siguió en Libia una
contraofensiva del gobierno del CNL apoyándose en sectores de las clases medias
que quieren paz, tranquilidad, seguir haciendo buenos negocios, comerciar y
volver a progresar.
Cuadros estudiantiles de la burguesía como los de la Facultad de
Derecho de Bengasi, junto a viejos profesores khadafistas devenidos en
“democráticos” son unos de los principales impulsores de esta acción bajo las
órdenes del gobierno.
El argumento con el que azuza la burguesía es que “por una acción de
unos pocos ahora nos va a atacar Estados Unidos”… y “nos va a pasar lo de
Siria”. Esto es lo que azuza el gobierno y su base social khadafista y las
clases medias ricas que se mantienen o fueron re-contratadas para reconstituir
todo el aparato del estado.
Dinero para ello hay, es la enorme renta petrolera de Libia que ya
está exportando 1.400 millones de barriles diarios, pero cada vez más a Estados
Unidos y menos a Europa.
Esta marcha reaccionaria, impulsada por el gobierno y con los
bombardeos amenazantes de la Marina Yanqui, provocó una acción
contrarrevolucionaria.
A la acción espontánea de masas le siguió esta respuesta de clases
reaccionaria contra las masas… es que en todo Medio Oriente y el Norte de
África, en esas fenomenales acciones hubo un hecho distintivo en Libia… con
masas armadas… terminó un embajador imperialista muerto y desarticulado uno de
los cuarteles de la CIA más importantes de todo el Norte de África y Medio
Oriente. Agentes de la CIA huían en verdaderos charts privados de Libia, lo
hacían por centenares, tal cual anuncia la prensa internacional. Eso es un
hecho cualitativo. En la Libia de Khadafy, la CIA tenía las cárceles y reductos
contrarrevolucionarios más importantes de África y de contralor de todos los
movimientos militares y comerciales en el Mediterráneo. Tal cual veníamos
insistiendo los trotskistas que las revoluciones en el Norte de África y Medio
Oriente pusieron en grave crisis los dispositivos contrarrevolucionarios
imperialistas en la región.
El imperialismo debe dar un escarmiento sí o sí. Es que las
movilizaciones contra las embajadas yanquis se siguen expandiendo como un big
bang en toda la región como en Pakistán, Nigeria, Irán, Turquía y también en
Grecia o frente a la Casa Blanca en Estados Unidos y frente a la embajada
yanqui en Toronto, Canadá.
En este proceso, las masas
palestinas comenzaron también a levantarse contra la autoridad palestina, que
las mata de hambre como Khadafy y que, a cuenta del sionismo
contrarrevolucionario, las mantiene como mano de obra barata.
El imperialismo yanqui, el amo del mundo, debía contratacar sí o sí
y en Libia concentró sus cañones y aceleró rápidamente la ofensiva imperialista
que tenía planificado lanzar con el CNL.
Las potencias imperialistas saben bien lo que toda la izquierda
reformista quiere ocultar… se trata de una única revolución obrera y socialista de toda la
región
5- Con la masacre en Siria, el imperialismo veía un camino para
comenzar a estabilizar la región. Con las revueltas espontáneas contra las
embajadas yanquis en toda la región, las masas dieron un golpe por izquierda
contra ese plan de estabilización contrarrevolucionario. Ya antes la huelga
revolucionaria de los obreros de Marikana, en África del Sur, amenazaba con
extender las explosiones del Magreb a toda África. Estas luchas amenazaron con
romper el cerco a los obreros de Asturias en el Estado Español. Allí la clase
obrera se atalonaba y demostraba que tampoco en Europa las masas se han rendido
y que sólo sus direcciones son las que lo han hecho, desincronizando y
desarticulando sus luchas.
Pero el imperialismo debe contener y parar esta oleada de revueltas
antiimperialistas que se han destacado, es más, las deben escarmentar. Ahora
las fuerzas contrarrevolucionarias se han concentrado en Libia. Las tropas de
la OTAN van a poner todo su poderío para definir una acción contrarrevolucionaria
para ir creando cada vez más las condiciones para desarmar a todas las masas de
Libia. También para dar un escarmiento contra las masas que se han sublevado
atacando las embajadas yanquis para que no se desate una lucha antiimperialista
en toda la región, que signifique un nuevo peldaño hacia arriba de la lucha
revolucionaria de masas.
De desarrollarse este proceso de lucha antimperialista de las masas se
puede jaquear y desestabilizar firmemente a los regímenes y gobiernos que aún no han caído en la región, como así
también propinarle duras derrotas a regímenes que mantuvieron, pese a la oleada
revolucionaria el poder burgués imperialista como en Túnez o en Egipto.
Todo aquel que vea los acontecimientos de cada país del Magreb y Medio
Oriente sin ver que estamos frente a una cadena de revoluciones, contrarrevoluciones,
trampas electorales, desvíos parlamentarios y enormes traiciones de las
direcciones del proletariado a nivel internacional, no podrá orientarse en
estos acontecimientos cambiantes y giros bruscos que suceden en toda la región
y en cada país de la misma. Y mucho menos se podrán dar pasos en poner en pie
un partido revolucionario internacional de una única y sola revolución que se
desarrolla y se extiende en todo el Magreb y Medio Oriente.
6- Imaginémonos qué sucedería si no se da un escarmiento en Libia
ante la generalización de la lucha antiimperialista. Si esto se generaliza
matando embajadores, después se colgará a los gerentes de las empresas
imperialistas no sólo en el Norte de África sino en todo Medio Oriente, como
fue en Tonghua y Lingzou (China) o la Suzuki en la India. Lo que aterrorizó a
la burguesía y al imperialismo de las acciones antiimperialista contra las
embajadas yanquis y como aterrorizo también a la izquierda reformista mundial es
el peligro de que estas acciones lleven a un terreno superior la generalización
de la guerra de clases entre los explotados y los explotadores. La izquierda reformista se aterroriza ante
ello puesto que esta agudización del combate de clases indica que cada vez hay
menos posibilidad de conciliación entre las clases para que el agente
reformista tenga razón de existir históricamente.
Estamos ante nuevos choques de revolución y contrarrevolución...
PERO EN TODA LA REGIÓN.
Es que en Libia la acción contrarrevolucionaria burguesa imperialista
que está en marcha no le ponen solo la pistola en la sien de las masas por
parte de la armada norteamericana, y con el gobierno azuzando a las clases
medias contra los explotados armados, sino como ya dijimos también el
imperialismo golpea a las masas arrojándoles la masacre de Siria.
El genocidio en Siria es una fuerza material que impone la “conciencia”
de “paz a cualquier costo” no sólo en Siria sino que lo intenta hacer en toda
la región.
Esa “conciencia” basada en derrotas reales físicas, aunque provisorias,
es también la que le da base material a la contrarrevolución en Libia para
actuar con la consigna “paz” y “basta sino nos va a pasar lo de Siria”, de “que
se desarmen las milicias” y “por un ejército fuerte que ponga orden”. Esto una
proclama khadafista, que exige que vuelva un ejército que ponga orden a los
tiros como Khadafy.
De las entrañas de la “democracia" para ricos
contrarrevolucionaria se intentan crear las condiciones para que un general khadafista
revestido de “democrático” aplaste a las masas… a las que la izquierda las
acusaba de ser “agentes de la OTAN”. El club de lloronas de Khadafy, de
estalinistas, chavistas, nuevos hijos pródigos en las filas del stalinismo como
lo son los renegados del trotskismo, también participaron objetivamente de esa
marcha o fueron sus presidentes honorarios… con Obama, buscando disolver las
milicias de obreros y jóvenes armados a los que la burguesía acusaba de
desestabilizadores y asesinos de embajadores yanquis y la izquierda de “tropas terrestres
de la OTAN”.
Es ese fuego cruzado, el
que creó las condiciones para las marchas reaccionarias contra las milicias de
Bengasi.
7- Insistimos, estamos frente a respuestas reaccionarias y
contrarrevolucionarias a nuevas y grandes acciones de masas contra el
imperialismo en toda la región. ¡Qué paradoja! En Libia se desenmascara el
genocida Al Assad. Es que Estados Unidos amenaza con aplicar el mismo plan de Siria en
Libia.
¿Qué dice el carnicero Al Assad y Chávez con Castro? …Condolencias a
Obama.
Es decir, no sólo en esta contraofensiva están los marines yanquis y
el gobierno del CNL en Libia. No sólo está en esta contraofensiva Al Assad,
Putin, Hu Jintao y su genocidio en Siria.
Pidiendo paz y desarme están Fidel Castro, Chávez y todos los sinvergüenzas
de los renegados del trotskismo que se han subido a los helicópteros de la OTAN
para aterrorizar a las masas.
Esta es la “santa alianza”
que contrataca en Libia para contener la oleada antimperialista en toda la
región y para hacerle pagar el atrevimiento que
tuvieron en su espontaneidad, jóvenes antiimperialistas que en su furia
atacaron, con derecho y justicia, el Consulado yanqui. En todo caso, su
desesperación, desincronización o “aislamiento” en el ataque no es
responsabilidad de ellos sino de las direcciones traidoras que traicionaron la
revolución en Libia como hoy lo hacen en Siria, cercándolas país por país,
sosteniendo a todos los gobiernos de transición expropiadores de la revolución.
Ahí podemos ver en Egipto a
los llamados “socialistas” revolucionarios ligados a los “socialistas” de la
reina de Inglaterra, que dirigiendo y coordinando más de 300 sindicatos en
Egipto se negaron a que uno sólo de ellos marche a quemar la embajada yanqui. Son lacayos del imperialismo inglés y encima tienen la desfachatez
de acusar de “masas atrasadas musulmanas” a los que quemaban la embajada yanqui
en El Cairo, cuando son esas mismas masas las que al grito de “Hezbollah, Al
Assad y los yanquis le cuidan las fronteras al sionismo” encabezaban las
marchas contra el genocidio en Siria, mientras quemaban la Embajada de Israel.
Si a algo se han dedicado los “socialistas” de Egipto y del mundo
que ensuciaron y postraron el socialismo, fue poner la distancia más lejana
entre la clase obrera y las embajadas yanquis que arden, esa fue su función.
Esta vez no lo pudieron lograr.
¡Salafistas! Grita Obama y el SWP inglés. Esta es la tragedia, que
no pueden gritar ¡socialistas! Porque éstos mal llamados “socialistas” están en
las faldas del imperialismo y permiten que las burguesías islámicas manipulen
con la religión a las masas antiimperialistas.
En Túnez, una oleada de huelgas de mineros, metalúrgicos, de la
salud y ferroviarios está en pleno avance. En Taurorine la clase obrera y los
explotados ocuparon la casa de gobierno y echaron al gobernador. Obreros de la
alimentación y aceiteros anuncian una huelga general y todas las direcciones
traidoras del proletariado mundial apoyan a la dirección de la UGTT, sostén fundamental del régimen del
fraude en Túnez. Mientras tanto, los salafistas tunecinos, lo único que han
hecho es condenar el ataque a la Embajada yanqui en ese país.
Cuando escribimos esto, ante el rojo vivo de los acontecimientos, en
Aleppo vuelve la ofensiva revolucionaria de los heroicos combatientes sirios,
nuevamente se combate casa a casa, nuevamente arden los tanques del asesino Al
Assad… la resistencia vive.
La contraofensiva imperialista en Libia, donde el ataque a las
embajadas yanquis llegó lo más lejos que podía llegar, fue inmediata. Esto es
un indicio de que las revoluciones que comenzaron en el 2011 en la región NO
FUERON PARA NADA, PRIMAVERAS DE LOS PUEBLOS, FUERON EL INICIO DE REVOLUCIONES
OBRERAS Y SOCIALISTAS QUE HOY TIENEN SOBRE SUS CABEZAS LOS GOLPES DE LA
CONTRARREVOLUCIÓN O EL CAMINO DE NUEVOS SALTOS HACIA ADELANTE EN LA REVOLUCIÓN
PROLETARIA. No llueven flores en Siria ni las masas le tiraron pétalos de rosas
a las embajadas yanquis, es la guerra de clases. La polvareda está bajando, los
contornos de los edificios se ven claros: ¡no es la primavera, es la
revolución!
Las condiciones de la situación mundial que moldean los choques de revolución y contrarrevolución
en el Norte de África y Medio Oriente
8- Sólo desde esta visión internacional podemos comprender que estamos
entrando en un nuevo acto de la revolución Libia. Por crisis de dirección, por
traición de todas las direcciones del proletariado a nivel internacional, el
doble poder en Libia no logró romper a su favor el status quo con el poder de
la burguesía luego de la derrota de Khadafy.
El status quo lo está rompiendo el imperialismo, manteniendo y
profundizando el saqueo de Libia como con Khadafy, e intentando relegitimar a
contrarreloj un gobierno para reconstituir el estado burgués. Para esto es que
impusieron anteriormente la trampa electoral, y ahora desatan esta
contraofensiva contrarrevolucionaria para desarmar el doble poder de los
explotados. Esto no lo puede hacer en un acto, porque este doble poder de las
masas de Libia a su vez es la expresión de un proceso revolucionario de todo el
Magreb y Medio Oriente, que aún cercado y traicionado, no ha agotado todas sus
energías en el campo de batalla de la lucha de clases.
Tenemos que ver esta situación desde un punto de vista internacional
puesto que ahora en Libia se ha concentrado, como en Siria antes, el plan de la
contrarrevolución y de la “santa alianza”, justamente para impedir esta vez que
las acciones contra las embajadas yanquis se generalicen en una nueva fase de
ofensiva revolucionaria que ataque ya decididamente y abiertamente los
intereses de la burguesía y el imperialismo en todo el Magreb y Medio Oriente.
La cuestión no está definida. Los nuevos embates antiimperialistas
de las masas, la batalla de Siria y la contraofensiva imperialista en Libia que
ha comenzado, son batallas de una sola guerra de clases que sacude a Medio Oriente,
al Norte de África y que amenaza, como lo vimos con Marikana, con extenderse a
todo el continente africano. Esta es una guerra de clases que se extiende, con
las sublevaciones de Pakistán, al Asia martirizada. Estos procesos amenazan
también con prender fuego el “nuevo Vietnam” que puede significar Afganistán
para el imperialismo, donde ya tiene precio de honor la cabeza del principito
de Inglaterra.
Siria y Libia son focos claves que el imperialismo debe aplastar si
quiere empezar realmente a contener la ofensiva revolucionaria de masas que se
expande en la región, inclusive ya en Asia, no sólo en Pakistán. Ahí están los
obreros de la India quemando vivos a los gerentes de la Suzuki como lo hicieron
con el embajador yanqui en Libia o como se sublevan en huelga general los
trabajadores de Bangladesh.
Siria y Libia son dos focos de una guerra de maniobras y
concentración de fuerzas de la “santa alianza”, en esos dos países, que es
donde más lejos llegó la primera fase de la revolución. El contrataque en Libia
hoy es una respuesta a un nuevo golpe dado por las masas al mentón del
imperialismo yanqui con las quemas de las embajadas. Aún se sigue discutiendo
en el Senado norteamericano qué es lo que pasó en Libia, si una acción
organizada o espontánea… Mientras esto debaten los políticos en Washington ya
han dado la orden a sus centuriones en el Mediterráneo de escarmentar a las
masas de Libia comenzando por disolver a sus milicias. Para eso deben usar al
CNL y a fuerzas reaccionarias de la misma Libia.
Es que el imperialismo yanqui vendió la imagen que la izquierda de
Obama hizo correr en todo el mundo y en Libia de que los yanquis habían sido
los grandes benefactores del triunfo de la lucha contra Khadafy. Cuando en
realidad el imperialismo intentó hasta último momento preservarlo y poner a su
casta de oficiales como los generales del CNT y ahora del CNL.
Un ataque directo de marines yanquis contra las milicias provocaría
un ascenso generalizado de las masas sublevadas de toda la región. Crear una
base contrarrevolucionaria y reaccionaria en Libia, inclusive semifascista es
una tarea de primer orden para el imperialismo.
La situación en la región y a nivel mundial se polariza. Los choques
de clases se agudizan. La recesión y la crisis imperialista no dan respiro ni
márgenes para concesiones. La korniloveada en Siria no logró apagar el fuego de
la revolución; aún no puede asentarse. Mientras, en Libia la reacción levanta
cabeza como sucede en todo proceso revolucionario en que las masas no toman el
poder, pero aún están lejos de haberlo aplastado.
En el calendario de la revolución Rusa, si Siria fue “agosto, el mes
de la korniloveada” que aún no se ha definido, la reacción levantando cabeza en
Libia es “junio” y “julio”, el mes de la calumnia, la mentira, el engaño y las
encerronas por la espalda contra las masas revolucionarias.
Estas son las consecuencias de que la clase obrera no pudo tomarse
el poder y dar una salida por la traición de su dirección y la traición de las
direcciones de la clase obrera mundial. Todas ellas, stalinistas,
socialimperialistas, renegados del trotskismo, centralizadas aunque jugando
cada quien su papel bajo la batuta de la burguesía, impidieron a cada paso que
la revolución se abra camino en la Europa imperialista, lo que hubiera cambiado
el mundo. El NPA y sus socios en Francia impidieron desde 2008 que las
ocupaciones de fábrica y las revueltas de la juventud obrera se generalicen
como revolución, lo mismo que en Grecia donde el PC se dedicó a sostener al
régimen imperialista en bancarrota a los garrotazos contra la vanguardia obrera
y juvenil, mientras que los renegados del marxismo sostuvieron a la dirección
de Syriza y su política de “socialismo por la vía pacifica” que terminó por
ponerle un respirador a la burguesía agónica y su régimen cercado por las
masas.
Las direcciones de la clase obrera hicieron lo imposible para
desviar, impedir y abortar el comienzo de la revolución socialista en Europa. Sin
embargo, estas direcciones no pudieron impedir que se desate en 2011 la cadena
de revoluciones por el pan que se iniciara en Túnez, recorriera todo el Norte
de África y Medio Oriente y dislocara todos los mecanismos y dispositivos
contrarrevolucionarios del imperialismo en la región. Estas revoluciones no
dejaron vivir en paz a las direcciones traidoras de la clase obrera. Éstas,
aterradas, entonces se abocaron a desincronizar la revolución en el Magreb de
la lucha de clases que se desarrollaba en los centros imperialistas, justamente
para impedir que estalle por los aires el dominio imperialista como sucedió en
el Norte de África y de esta manera garantizaron la estabilidad burguesa en las
metrópolis.
Si en Libia no se pudo tomar el poder, en Europa, pese a los
recurrentes combates ofensivos de la clase obrera y los explotados, la
revolución no pudo comenzar por la canalla dirección del proletariado. Indudablemente,
los estados imperialistas poseen una fortaleza intrínseca superior a los
estados coloniales o semicoloniales debido al poderío de su capital financiero.
Es por ello que a la clase obrera de las potencias imperialistas le costará
mucho más iniciar una revolución en el corazón de las metrópolis que al
proletariado en el mundo colonial y semicolonial; pero sin embargo cuando esta irrupción
revolucionaria se desate, será un millón de veces más potente porque le pega en
el plexo a los piratas del capital financiero que dominan el planeta
Este accionar centralizado de las direcciones traidoras le permite a
la burguesía lanzar su ofensiva, con las potencias imperialistas intentando
asentar sus planes contrarrevolucionarios en Libia y toda la región, mientras
que en Europa comandan un redoblado ataque contra las masas. Allí se intenta
someter a cada paso a la clase obrera a alguna variante de la burguesía. En
España se quiere someter a la clase obrera de Cataluña a una fracción burguesa
tan imperialista y sirviente de la Corona, como la de Rajoy, solo que se están
disputando quién paga las pérdidas de la crisis. En Francia, el “socialista”
Hollande aplica peores planes contra la clase obrera que el “derechista”
Sarkozy.
O como en EE.UU donde el “democrático” Obama ha aplicado los planes
del Tea Party en EE.UU. Hoy las direcciones traidoras de la AFL-CIO,
stalinistas y renegados del trotskismo con el verso de “todos contra la
derecha”, nuevamente le hacen el aguante al imperialismo para relegitimar su
estado mayor en EE.UU. con las próximas elecciones presidenciales.
Las burguesías nativas cipayas del mundo colonial y semicolonial ya
tienen a su candidato en las próximas elecciones norteamericanas… Los Al-Assad,
los khadafistas, los gobiernos continuadores de Ben Alí y Mubarak, son todos
sirvientes de Obama. Pero no solamente ellos: los “bolivarianos” en América
Latina realizar la mejor campaña electoral al servicio de Obama. Ahí están
Chávez y Castro que son los que garantizan someter a los obreros inmigrantes en
EE.UU, que son vilmente perseguidos, atacados y encarcelados, y a la clase
obrera de color norteamericana, al “democrático” Obama. Y al servicio de ese
“Bush tiznado” es que avanzan con la restauración capitalista en Cuba y
entregan a la resistencia colombiana, apadrinando a la dirección de las FARC
que firma la rendición y el sometimiento “abrazándose” con el gobierno del
fascista Santos/Uribe.
Así es que el capital financiero de Wall Street nunca pierde: si
gana Romney del Partido Republicano, aplicará sus planes, y si gana Obama, como
quedó demostrado, aplicará el programa de Romney mejor que Romney y el Tea Party.
Por ello, al régimen de los “Republicratas” y su farsa electoral
imperialista hay que oponerle un Congreso nacional de todas las organizaciones
obreras y de estudiantes combativos ¡Que lo convoquen los “indignados” de Wall
Street y Oakland bajo el grito de “nuestros sueños no caben en vuestras urnas”!
para retomar el camino de lucha de 2011 contra los piratas de Wall Street y su
gobierno.
Lo que está claro es que
la clase obrera de Europa y EE.UU para irrumpir y derrotar el ataque, debe
sacarse de encima y derrotar a todas las burocracias y aristocracias obreras,
stalinistas y renegados del trotskismo.
La crisis de dirección se
exacerba. Las direcciones traidoras concentran sus fuerzas para desorganizar
todo lo que las masas conquistan y ponen en pie con su combate revolucionario. Por
ello la pelea por resolver la crisis de dirección del proletariado, es por
derrotar a esa sobreacumulación de direcciones agentes del capital al interior
del movimiento obrero para así liberarle las manos a la clase obrera para
enfrentar a sus verdugos.
Las energías de las masas
existen, no se han agotado. El proceso
está abierto, la guerra de clases no da tregua. La
burguesía sabe lo que los traidores del marxismo intentan ocultarle a las masas
que la lucha antimperialista de las
ultimas semanas puede despabilar nuevamente a la clase obrera de los países
imperialistas, provocarles un shock eléctrico y crear nuevas condiciones
para que sea la clase obrera de esos países la que lleve al interior de la
bestia imperialista la demanda de los pueblos oprimidos y del mundo semicolonial, puesto que ella
tiene en sus manos la posibilidad de la victoria.
9- La burguesía y el
imperialismo con altísima conciencia de clase explotadora siempre supo
distinguir a su enemigo de clase organizado en las milicias y las masas armadas.
Jamás confundió a las masas en armas con ser “tropas terrestres de la OTAN”,
desde qué éstas de Bengasi llegaron a Misarrata, avanzaron a Trípoli y
ejecutaron a Khadafy en Sirte. Hasta el
día de hoy jamás la burguesía se confundió, siempre supo dónde estaba su
enemigo.
Los canallas del chavismo, los calumniadores de obreros como
Albamonte, Lora, Kallinicos, Altamira y demás secuaces del capital,
continuadores del stalinismo son los que le pusieron vendas en los ojos al
proletariado mundial para que vean a las milicias como a sus enemigos… nada más
y nada menos a los que las marchas contrarrevolucionarias de hoy en Libia
intentan destruir y masacrar.
Estos sinvergüenzas hubieran participado de ese frente único
“democrático” contra las “tropas terrestres de la OTAN”. A ellos les ha quedado
un estigma y la clase obrera y la historia los va a perseguir porque sus
atrocidades contra el marxismo y la revolución no podrán quedar impunes y mucho
menos quedarán hablando en nombre del “socialismo”.
10- En esta contraofensiva en Libia, las acciones reaccionarias de
movilizaciones en las calles organizadas por el gobierno, son una expresión de
que la reacción levanta cabeza. Este es el nuevo momento de choque de revolución
y contrarrevolución en Libia. Trotsky planteaba que si triunfaba el Frente
Republicano en la guerra civil contra Franco, iba a surgir un general tan
asesino y represor como Franco de las entrañas mismas del Frente Republicano
puesto que éste debía desarmar a las masas.
Y esto es lo que se intenta imponer hoy en Libia. No podemos
olvidarnos que el CNT y la Hillary Clinton exigieron que el gobierno desarmara
a las milicias luego de que éstas ejecutaran a Khadafy el año pasado. Es lo que
intentan ahora con su ultimátum de 48hs., está por verse si lo lograrán, por
eso el mismo New York Times afirma que “muchos oficiales, a su pesar,
sugirieron que una confrontación directa con cualquiera de las milicias será
muy riesgoso”. Salej Joudeh, un miembro del Consejo de Ministros del CNL, dijo
que el problema no será resuelto en una semana. La burguesía entiende de
relación de fuerzas, la percibe a cada paso. Cuando está frente a una
revolución la burguesía defiende su
propiedad y agudiza todos sus instintos de clase. Avanza lo más que puede conquistando
una relación de fuerzas a su favor y a la vez mide cada milímetro para no
echarle una gota de nafta al fuego… aunque lo hizo, porque la burguesía no es
infalible. Se creyó la eficacia de su golpe contrarrevolucionario en Siria
hasta el final y recibió un golpazo en la cabeza en todas sus embajadas.
Por eso la burguesía afirma que en esta situación, por ahora la
clave no es mandar ni a los marines yanquis por ahora ni a los nuevos
batallones del ejército contrarrevolucionario Libio contra las milicias, sino
sacar a las masas pequeño burguesas, a funcionarios del estado, a soldados del
CNL sin uniforme, a los cuarteles a desarmar a las milicias de forma engañosa,
porque éstas no tiran contra el pueblo. Ellos saben que las milicias se niegan
a disparar al pueblo desarmado, justamente es lo que juran los que derrotaron a
Khadafy. ¡Cuanta bondad e inocencia tienen las masas revolucionarias y que
lejos están ellas del cálculo medido y cínico de las clases dominantes!
Esta es un arma mortal para las masas. El gobierno va midiendo hasta
dónde las milicias están desarraigadas de las masas o superestructuralizadas. La convocatoria a un Congreso de las organizaciones
obreras y de las milicias de toda Libia se tendría que haber hecho ayer, ya estamos
a contra reloj, y cuanto más tarden los organismos de doble poder en
centralizarse, más sangre correrá nuevamente de los explotados en Libia.
La relación de fuerzas en el Magreb y Medio Oriente
y el plan del imperialismo y la burguesía
11- Es que el imperialismo sabe, mientras mide su relación de
fuerzas, que necesita dar un escarmiento en Libia como lo está haciendo contra
las masas sirias para frenar la cadena de revoluciones que comenzara en el
2011.
Contra la quema a las embajadas, la burguesía responde con un
contragolpe, aún confundida, pega retrocediendo. Es la guerra de clases
abierta, pero con los jefes del proletariado atándole las manos a éste para que
no pegue y poniéndole una venda en los ojos para que no distinga a su enemigo.
¿Cómo mide la relación de fuerzas y va conquistando una nueva
relación de fuerzas contra las masas el gobierno lacayo de Obama en Libia?:
mientras saca fuerzas reaccionarias a las calles contra las milicias, asegura
que “no hay ningún problema con las milicias que están controladas y tienen
relación con el Ministerio de Defensa”. Esto es un engaño. Todas las milicias
van a buscar fondos para los hospitales, para seguridad, al Ministerio de
Defensa y al Gobierno.
¿Qué persigue esto? Liquidar a todos los jefes de milicias y poner
generales y oficiales del CNL al mando
de las mismas que es lo que acaban de hacer con las dos milicias más
importantes de Bengasi.
¿Qué dice la base? “Nosotros somos el ejército nacional y no hay
otro, jamás vamos a reprimir al pueblo”. Porque por supuesto que las masas no
ven un ejército distinto a las milicias. Es más, éstas votaron de hecho en toda
Libia que aceptaban las elecciones y ellos no votaban, para ser garantía de que
nunca más se atacaba al pueblo.
El CNL manipula estas
justas aspiraciones y falsa conciencia de las masas. Con fuerzas reaccionarias
en las calles y con aviones de la OTAN sobrevolando las ciudades de Libia. Acá
hay una enorme contradicción, las masas no ven que pueda existir un ejército
nacional distinto a sus milicias pero tampoco ven que con generales del CNL
éstas serán desarmadas. Esta cuestión no está aún resuelta, porque en última
instancia no hubo una vía pacífica al armamento de las masas destruyendo al
ejército khadafista, como tampoco habrá una vía pacífica a una nueva
concentración de las armas por parte de la burguesía en Libia.
Este es un plan contrarrevolucionario
siniestro, que sólo terminará con el último miliciano desarmado.
Asimismo el gobierno ha utilizado como chivo expiatorio a pequeñas
milicias de las afueras de Bengasi, dirigidas por burguesías ultraislamistas, acusándolas
de robos menores y chantajes varios al servicio de burguesías locales. A ellas,
acusó el gobierno del CNL de provocar el incendio en el Consulado yanqui.
Un verdadero plan contrarrevolucionario, de engaños, marchas
reaccionarias en las calles, liquidación de los jefes de milicias, intervención
a las mismas por parte de nuevos oficiales… van creando las condiciones para un
contrataque definitivo y la disolución de las mismas. Pero eso está por verse,
aún con las masas incendiando el cuartel de la CIA, el gobierno del CNL tiene
que dar rodeos y engaños para desarmar a las masas puesto que no lo puede hacer
en un acto y con una marcha, mucho menos en toda Libia.
Un ataque directo y un choque sangriento con los oficiales
khadafistas del CNL contra las milicias no le garantiza una victoria inmediata
a la burguesía por el momento. Es más, puede ser nafta que incendie la pradera.
Está creando las condiciones para masacrar abiertamente.
El plan burgués
imperialista actual persigue el objetivo de recuperar Bengasi que ayer fuera la
capital de la revolución, para que esta vez sea la capital de la restauración
de un régimen sólido de un estado cuasi colonial, lacayo del imperialismo. La avanzada de la reconstitución de un ejército regular del estado
burgués, persigue el objetivo de avanzar en una ruta restauradora
contrarrevolucionaria del estado burgués… de Bengasi a Misarrata y a Trípoli,
hasta el Oeste en la frontera con Túnez, ese es el plan, que no se logra ni se
logrará en un día. Hoy la contrarrevolución tiene que seguir la ruta de la
revolución para estrangularla y ahogarla en sangre.
Pero aún, esta relación de fuerzas aún la debe conquistar el
imperialismo en los choques entre revolución y contrarrevolución no sólo en
Libia, sino en toda la región.
12- Veamos. ¿Cómo actuó en estas condiciones la marcha
contrarrevolucionaria del viernes 21 de septiembre con algunos centenares de
manifestantes activos?: estas movilizaciones fueron dirigidas en primer lugar
contra la Brigada Abu Salim que es la que le capturó a Khadafy 40 tanques que
llegaron a Brega y fueron bombardeados por la OTAN para que no lleguen a
Trípoli. ¡Qué diferencia con los asesinos de Khadafy y el CNL! Cuando llega la
marcha reaccionaria, pese al choque, los disparos de ambos lados y pese a la
confusión, inmediatamente esta milicia sede el edificio público y su consigna
es “no vamos a atacar al pueblo y a civiles desarmados, no estamos para eso, no
somos fuerzas de represión”. Cuánta bondad, pero a la vez cuanta ingenuidad de
las masas por crisis de dirección…
Pero con estas “tropas militares de la OTAN”, como decían los
traidores de los renegados del trotskismo, ¿cómo hacer una ofensiva
contrarrevolucionaria contra la clase obrera cuando inclusive se niegan a ser
fuerzas de represión contra cualquier ciudadano desarmado?
Como planteaba Trotsky en la Revolución Rusa de 1917 sobre las masas
de Petrogrado, después de Febrero, ellas no tenían la conciencia del odio que
el enemigo de clase les tenía. Ese odio lo concentraba el gobierno burgués de
Kerenski al que ellas mismas le habían cedido el poder. Tuvo que desarrollarse
la carnicería de la Primera Guerra Mundial, la hambruna y las korniloveadas
para que las masas distingan a Kerenski como el jefe de la contrarrevolución.
Cuestión ésta que, sin el partido bolchevique, habría sido imposible de lograr
hasta el final y mucho menos hacerse del poder en Octubre.
Entonces, esta reacción que levanta cabeza empujada y azuzada por
los aviones yanquis y el gobierno del CNL, atacaron a todas las milicias, desde
las más colaboracionistas a las más díscolas o a las que estaban al mando de
fuerzas burguesas marginales. Su consigna era “un solo ejército” y “ninguna
milicia”.
Por ejemplo podemos ver que su acción reclutó base en Bengasi
denunciando y agitando contra el accionar de la milicia islámica Ansar Al
Sharia que está muy desprestigiada en las masas de Bengasi. Con esta escusa
intentó un progrom contra todas las milicias de la ciudad.
Es una acción contrarrevolucionaria alevosamente planificada con el
objetivo de golpear a una fracción de una milicia controlada por la burguesía
ultra religiosa y desprestigiada para, a partir de allí, atacar al grueso de
las dos milicias más importantes e independientes de Bengasi.
Luego de esta acción el gobierno sacó un comunicado exigiendo el
desarme de todas las milicias de Libia en 48 horas. Es que la verdadera
consigna de Obama es: “ni una sola milicia más ni siquiera sirviente… queremos
un ejército disciplinado”.
13- Pero al imperialismo no le da la relación de fuerzas para
imponer ya este plan contrarrevolucionario en un solo acto. Sectores de las
milicias no se han desarmado ni quieren hacerlo y otras no aceptan que les
impongan generales ni oficiales del CNL al frente.
Por tal el imperialismo no puede terminar de reconstituir plenamente
el estado burgués que la revolución dislocó, hasta que no imponga una
disciplina vertical en las FF.AA., que son el corazón del estado burgués que se
reduce a una banda de hombres armados al servicio de custodiar la propiedad
privada de los capitalistas. Esto significa que la burguesía no puede restablecer
una cadena de mando de un ejército contrarrevolucionario de las clases
dominantes sobre la base del desarme de las milicias.
Frente a esta situación, el plan de la burguesía es subsumir el
doble poder y someter a las milicias rebeldes a ese Ministerio de Defensa que
no tiró un solo tiro contra Khadafy. El imperialismo aún no ha logrado imponerle
a las milicias su casta de oficiales, sin embargo ha comenzado a dar pasos
firmes en ese sentido. Será inevitable un choque violento entre las clases.
Para eso es que hay que preparar a la vanguardia de la clase obrera de Libia y
de toda la región para que se imponga sobre su enemigo de clase.
Hoy la burguesía no está en condiciones de aplastar el doble poder
armado de las masas. Pero la existencia de dos poderes, el de los explotados y
de los explotadores, en un mismo estado, es irreconciliable y no puede durar
mucho tiempo. La clase obrera sin un partido revolucionario a su frente no pudo
hacerse del poder y es la burguesía la que intenta dar una salida en base a la
relación de fuerzas que ha conquistado. Justamente ese es el rol del engaño y
de la expropiación de la revolución por la vía parlamentaria. Es el momento en
que como el imperialismo y los explotadores no pueden aplastar a las milicias,
buscan subsumirlas a las instituciones burguesas del Congreso Nacional, como es
el Ministerio de Defensa. Es decir, con el engaño buscan someter a las milicias
a las formas “democráticas” de la más feroz dictadura del capital.
¿Cómo funciona este plan burgués con el que buscan disolver el doble
poder armado de las masas? Se trata de un “estado
combinado”, donde mientras la burguesía rearma a su casta de oficiales,
somete a las milicias obreras y populares de Libia a las instituciones del
régimen “democrático”.
La burguesía está reeditando la vieja política de Hilferding, quien era
el teórico de la socialdemocracia que en los años ‘20 traicionó la revolución
alemana. Fue quien proclamó en Alemania el ingreso de los consejos de fábrica
(soviets) a la Asamblea Constituyente burguesa para así liquidar la revolución.
Así decía Trotsky alrededor de esta nefasta política: “En 1917, antes de Octubre, Zinoviev y Kamenev, al oponerse a la
insurrección, se pronunciaron a favor de esperar a que se reuniera la Asamblea
Constituyente para crear un “estado combinado” mediante la fusión de la
Asamblea Constituyente y los soviets de obreros y campesinos. En 1919 fuimos
testigos de la propuesta de Hilferding de inscribir a los soviets en la
Constitución de Weimar. Hilferding, igual que Zinoviev y Kamenev, llamó a esto
el “estado combinado”. Como pequeño-burgués de nuevo tipo quería, en el momento
mismo en que se producía un abrupto viraje de la historia, “combinar” un tercer
tipo de estado mediante el casamiento de la dictadura proletaria con la
dictadura de la burguesía bajo el signo de la Constitución.” (León Trotsky,
“Problemas de la revolución italiana”, 1930)
En Libia entonces insistimos, estamos ante un plan “hilferdingista”
donde la burguesía al no poder aplastar a las milicias, trata de “combinarlas”
con el Ministerio de Defensa para someterlas y liquidarlas como garantía de
restablecer la cadena de mando del ejército burgués, base del estado de los
explotadores.
La clase obrera debe unir sus filas y centralizar sus fuerzas
para derrotar la provocación imperialista y conquistar el pan,
llevando al triunfo la revolución obrera y socialista
14- Esto significa que estamos entrando en un momento, donde se puso
al rojo vivo que ya no pueden existir dos poderes en Libia. Pero el poder
burgués no puede establecerse en un solo acto y eso también lo demuestran los
límites de la acción contrarrevolucionaria.
Una enorme confusión prima en las masas. Es que la contrarrevolución
dio un duro golpe desde que muriera Khadafy, el primer golpe que puede dar
abiertamente a las masas.
La confusión reina no sólo en las masas, sino también en el gobierno
y en el estado mayor imperialista sobre cómo responder y hasta dónde llegar en
su contraofensiva.
Veamos lo que dice un estudiante pequeño burgués acomodado de la
Facultad de Derecho de Bengasi: “no se
puede pedir todo, ¡basta ya! Las milicias fueron avisadas, acá no se permitirá
más extremismo” “Este no es el país que queríamos el 17 de febrero” -¡qué
sinvergüenza!- “Las milicias no son
malas, son buenas personas, pero no se puede construir un país basado en
milicias”, repiquetea un vocero de la reacción. Y machaca: “el ejército recobró más valor, todo el
mundo le dice que actúe con puño de hierro”.
Esta gente clama por un régimen khadafista vestido de “democrático”.
Es la reacción levantando cabeza, con las banderas de la “democracia” y la
“libertad” que no supo ni siquiera conquistar tirando un solo tiro contra
Khadafy. Como sucede después de toda gran revolución en que las masas no toman
el poder y se lo entregan a la burguesía: la reacción levanta cabeza, miente, engaña
y vuelve a por lo suyo como sea.
¿Qué alerta el presidente del Congreso Nacional, Mgaryef? Luego de
felicitar a la población que “enfrentó a las brigadas sin legitimidad”, llamó a
los manifestantes a retirarse y no atacar los lugares ocupados por las brigadas
del Ministerio de Defensa… es decir a las brigadas que el Ministerio estaría
controlando e imponiéndoles nuevos jefes.
Por otra parte Salim Derbi, el dirigente de las milicias “Mártires
de Abu Salim” aclaró: “nos dijeron que
nos vayamos de un edificio público, aceptamos esa petición, porque en nuestra
responsabilidad es la seguridad de la ciudad, no enfrentarnos con cualquier
sector del pueblo” “nuestros miembros tienen sus propias vidas normales, así
que todos regresaran a sus vidas y empleos”. ¡Qué palabras, cuánta verdad!
Estas milicias son la clase obrera en armas… ¡Cuánta calumnia contra ellas!
¡Cuanta alianza contrarrevolucionaria para desarmarlas! Su “normalidad” es ser
obreros, vivir de un empleo y por la tarde cuidar la ciudad de cualquier rearme
khadafista. Esos obreros en armas merecen ser un tribunal de honor para llevar
allí a todos los canallas y sinvergüenzas que en nombre del “socialismo” los
acusaron de ser “agentes del imperialismo”. Su debilidad es la inocencia y la
bondad… de no pasar a degüello a esa marcha de contrarrevolucionarios y a ese
gobierno que la mandó. Más temprano que tarde sus combatientes sentirán que esa
no fue una marcha por la “democracia” y la “libertad”, sino de la reacción y la
contrarrevolución. Es tarea de una dirección revolucionaria impedir que cuando
esto se haga carne en los explotados, ya no sea tarde.
El CNL y sus lacayos tienen pánico de pasarse de la relación de
fuerzas porque temen que en sus vidas normales masas armadas, en sus empleos
sean maltratadas y terminen tirando gasolina al fuego.
La última palabra no está dicha, la carrera de velocidad por
reagrupar en un Congreso Nacional a las milicias y a las organizaciones del
pueblo pobre de Libia, es la tarea del momento. Inclusive, para disciplinar a
sectores que actúan por su cuenta dirigidos y manipulados por fracciones
burguesas de la misma Asamblea Nacional y de la burguesía Libia de donde surgió
un frente secesionista de las distintas regiones de Libia. Pero en primer lugar
para disciplinar a esas fuerzas de la reacción que han levantado cabeza sin
tirar un solo tiro contra Khadafy y que buscan enriquecerse como él, con una
parte miserable de la renta petrolera que le deja el imperialismo del saqueo de
Libia.
15- Por supuesto que si se
juntara un Congreso Nacional de comités de empresa, de todas las milicias, de
comités de desocupados, de abastecimiento y control de precios, de comités de
los millones de trabajadores inmigrantes, sindicatos que enfrentan a los mismos
patrones khadafistas, trabajadores de la salud, de la educación y petroleros, ahí
estaría reunida la amplísima mayoría de Libia que son los explotados.
Estaríamos ante la verdadera democracia de los de abajo, de los trabajadores,
contra la falsa democracia del CNL que es una democracia para los de arriba,
los ricos y explotadores que son una ínfima minoría.
Ese Congreso Nacional lo
primero que diría y exigiría sería que no que se disuelvan las milicias, sino
pan para el pueblo porque todavía hay hambre y que el pueblo no conquistó
salario, trabajo, salud y educación dignas.
Ese Congreso Nacional también afirmaría que los explotados de Libia
tienen su suerte echada a aplastar a Al-Assad, el chacal y genocida de Siria y
que su combate no terminará hasta aplastar al estado sionista-fascista de
Israel para liberar la nación palestina, como era la consigna de lucha que
tronaba en las calles de todo el país cuando Khadafy era ajusticiado.
Con un Congreso así, las trincheras en el enfrentamiento quedarían
claras. El Jefe de la Asamblea Nacional, el CNL, y ese estudiante imbécil
representativo de las clases pudientes que quieren progresar con las petroleras
imperialistas saqueando Libia, se mostrarían como lo que son: expropiadores del
pan de las masas que dieron su vida por la revolución. En ese Congreso Nacional
quedaría y quedará claro -y vamos a luchar por eso-, que las milicias SON EL
ÚNICO EJÉRCITO NACIONAL PORQUE SON LA GUARDIA ARMADA DE LA UNICA CLASE NACIONAL
QUE ES LA CLASE OBRERA DE LIBIA, que no tiene ningún negocio sucio por atrás
con el imperialismo para saquear las riquezas de Libia.
Se afirmaría en ese Congreso que las milicias son el único ejército
nacional que no está bajo el mando de la OTAN y de la CIA que sostuvieron
durante 40 años al asesino Khadafy para saquear Libia.
Un Congreso Nacional de organizaciones obreras y las milicias,
plantearía que a sus jefes los eligen
los trabajadores y el pueblo pobre que es la mayoría de Libia. Que no se reconoce
a los oficiales del CNL ni a ningún funcionario del estado porque todos fueron
cómplices de la dictadura de Khadafy, trabajaron para él, fueron sus Ministros,
jefes de “tribus” y soplones en barrios y ciudades.
Con tan sólo llamar a tribunales
obreros y populares, se podría juzgar, castigar y expulsar de todas las
oficinas del estado a los miles de khadafistas que anidan allí para sostener al
CNL, en primer lugar a esos generales khadafistas del Ministerio de Defensa.
La revolución Libia aún no ha conquistado el pan, Libia le ha
marcado a las masas del mundo que sin armas no se conquista el pan y sin
enfrentar al imperialismo yanqui y mundial mucho menos se puede triunfar.
La reacción ha levantado cabeza de la mano de este gobierno que es
el mismo perro que Khadafy con distinto collar y que hoy vuelve a atacar a las
masas. La reacción ha levantado cabeza sostenida en el cerco de las direcciones
traidoras impuesto a la revolución en Libia y a la heroica resistencia de
Siria.
Los convocantes de la marcha reaccionaria del 21 de septiembre
fueron los enemigos del levantamiento revolucionario del 17 de febrero de las
masas contra Khadafy. Es que el 17 de febrero de 2011 empezó una lucha con
miles de mártires para conquistar el pan y la libertad; la marcha del viernes 21
de septiembre de 2012 es una marcha de la “contrarrevolución democrática”, tras
la que se esconde la burguesía y los generales khadafistas que sostuvieron a
Khadafy durante más de 40 años como ladero del imperialismo.
Ellos son los que buscan que se asiente el CNL, ese gobierno del
khadafismo sin Khadafy, enemigo de que la clase obrera conquiste el pan,
trabajo, salarios dignos, vivienda, sino que busca redoblar la entrega del
petróleo y todas las riquezas de la nación a los piratas imperialistas y
profundizar la súper-explotación de los trabajadores de toda Libia al servicio
de las transnacionales.
El CNL, los de arriba, quieren que vuelva la Libia de Khadafy, donde
la democracia de los ricos vuelva a reconstruir los palacios con sus canillas
de oro para los patrones millonarios, mientras que los de abajo, los obreros y
explotados continúan en la miseria y la desesperación.
El gobierno del CNL tiene una clara especificidad con respecto a
Khadafy que era agente de todas las potencias imperialistas: el CNL es agente
directo de Obama y el imperialismo yanqui. ¡Qué certero ha sido el golpe de los
explotados contra el Consulado norteamericano! Esto fue lo que llevó, en última
instancia, a que el CNL intente un ataque contra las masas que demostró ser
prematuro.
Ante el plan de los de arriba, los explotados, los de abajo deben
imponer su propio plan, un plan obrero y
popular de emergencia para que las riquezas de Libia sean para los libios
que trabajan y no para los ricos que ayer sostuvieron a Khadafy y hoy se
intentan travestir de democráticos para mantener la nación postrada ante el
imperialismo.
Para ello, la clase obrera libia debe pesar como clase
revolucionaria en la vida política nacional para conquistar el pan y las
demandas de todos los explotados, llevando al triunfo su revolución. Un
congreso de las milicias y los obreros de Libia, demostraría con una dirección
revolucionaria a su frente, que el gobierno del CNL, con la CIA y Obama, sostiene
al asesino Al Assad, que lo que había en ese Consulado yanqui era una cueva de
bandidos represores de las masas del Magreb y Medio Oriente. La mejor y más
efectiva solidaridad con las masas de Siria y Palestina, es hacerse del poder
en Libia.
Para ello, la clase obrera tiene que organizarse para enfrentar a
esa clase de patrones millonarios, una pequeña minoría que se continúa
enriqueciendo a costa del hambre y la miseria de los explotados que dieron su
vida peleando contra Khadafy.
¡Por comités de fábrica, empresa y establecimiento para imponer el
control obrero, sin pago, de toda fábrica cerrada o que no funciones para echar
andar la producción! ¡Fuera los directorios khadafistas!
¡Por sindicatos organizados por rama de la producción, basados en la
democracia directa y que agrupen a todos los trabajadores de Libia para pelear
contra los patrones khadafistas y por salarios dignos! ¡Basta de salarios de
miseria! ¡6.000 dinares de salario
mínimo, vital y móvil para todos!
El gobierno del CNL, igual que Khadafy, ha vuelto a súper-explotar
en las petroleras y empresas de Libia a miles de obreros de Egipto, Túnez,
Bangladesh, Sudán, Ghana, Siria, Nigeria. Ellos son los que hacen los peores
trabajos en Libia, pero también ellos son parte de una clase que combate en
Egipto y Túnez, y que puede otorgarle el poder que le falta a la clase obrera
de Libia para frenar la ofensiva de la reacción que levanta cabeza.
Un Congreso Nacional antiimperialista de la clase obrera de Libia,
constituido con delegados de comités de
obreros inmigrantes tunecinos, egipcios, etc. que trabajan como esclavos en las
petroleras, fábricas y establecimientos de Libia, sería un enorme puente a
la unidad de la clase obrera de todo el Magreb y Medio Oriente, bajo la demanda
de “¡A igual trabajo, igual salario! y
“Plenos derechos a todos los obreros inmigrantes” para que no sean
utilizados para bajar los salarios de todos los trabajadores.
¡Por comités de desocupados para imponer la reducción de la jornada
laboral y un turno más en todas las fábricas, empresas y establecimientos para
que todas las manos disponibles entren a producir!
¡Por comités de abastecimiento y de control de precios para
garantizar alimentos baratos para toda la clase obrera y el pueblo pobre! Para
ello, hay que terminar con toda la cadena de intermediarios, con la cual
especulan los khadafistas para aumentar aún más el precio de los alimentos de
las familias de los obreros y explotados.
¡Por comités de la juventud en las milicias, los sindicatos y todas
las organizaciones de autoorganización de los explotados! ¡Basta de sojuzgar y
esclavizar a la juventud revolucionaria que encabezó el combate contra Khadafy!
¡Por un plan de obras públicas bajo control de las organizaciones obreras para
construir viviendas al servicio de la juventud de Libia, además de hospitales,
escuelas, carreteras, cloacas, redes de agua y luz, y toda la infraestructura
necesaria para que el conjunto de los trabajadores y explotados tengan una vida
digna! ¡Que el estado y la patronal le pague la dote para casarse a la juventud
explotada! ¡Aumento inmediato del presupuesto de educación en todos los niveles
y de salud, que sean gratuitos para todos los oprimidos!
Sobra plata para garantizar estas demandas del proletariado de
Libia. ¡Hay que expropiar sin pago y
bajo control obrero el petróleo, las fábricas, los bancos y todos los bienes de
las transnacionales y sus socios menores de la burguesía khadafista! ¡Hay
que romper y desconocer todos los pactos económicos, políticos y militares que
atan a la nación oprimida a los piratas imperialistas! ¡Fuera el imperialismo
de Libia y toda la región!
¡El petróleo para los libios! Así los más de 50.000 millones de
dólares de la renta petrolera estarían al servicio de brindarle pan, salarios
dignos, trabajo, vivienda, salud, educación y todas sus demandas a toda la
clase obrera y los explotados de Libia y también de todo el Norte de África y
Medio Oriente.
¡Para reconstruir Libia es indispensable nacionalizar los bancos y
conquistar una banca única bajo control de los trabajadores!
Poniendo en marcha la más
amplia autoorganización de la clase obrera y los obreros, y centralizándola en
un Congreso Nacional de las organizaciones obreras de lucha y de todas las
masas armadas, los de abajo podrán comenzar a sacar a Libia de la postración
ante el imperialismo y sus lacayos khadafistas del CNL. En ese poderoso
Congreso de los oprimidos se pondrán en marcha las fuerzas para llevar adelante
un verdadero plan obrero y popular de salida a la crisis, y madurarán los
organismos de la clase obrera para hacerse del poder. Es que todas estas
demandas sólo podrán ser garantizadas un gobierno de los de abajo, un gobierno
revolucionario de las organizaciones de lucha y las milicias de la clase obrera
y el pueblo pobre de Libia, echando abajo al gobierno del CNL.
16- La tarea del momento es desenmascarar que el gobierno del CNL es
el gobierno de Obama y Al Assad, de los milicos de Egipto y de los
sinvergüenzas expropiadores de la revolución proletaria en Túnez.
El gobierno del CNL es el más grande aliado al sionismo. Porque, ¿quién
defiende al embajador yanqui que venía sosteniendo con todo el aparato de la
CIA en Libia al estado sionista de Israel?
¿Quién condena el ataque a las embajadas yanquis en toda la región
si no es el estado sionista de Israel junto al CNL y demás gobiernos lacayos
del imperialismo? ¿O alguien puede dudar que el ataque a la embajada yanqui en
todo el Norte de África y Medio Oriente es por el apoyo que el imperialismo le
da al sionismo que tiene a las masas palestinas como parias en su propia
tierra?
La marcha de la reacción es una marcha pro-sionista de los que
quieren paz y orden para que el imperialismo mantenga la opresión de los
pueblos oprimidos.
Un Congreso de las
milicias y las organizaciones obreras tendría a su frente la bandera de las
masas palestinas. Porque con esas banderas se festejó en Trípoli la caída de
Khadafy.
La revolución del Norte de África y Medio Oriente para triunfar
necesita la dirección de la IV Internacional refundada
17- Más que nunca, a pesar y en contra de todas las corrientes
reformistas, la lucha contra el imperialismo yanqui ha roto el cerco que a cada
proceso revolucionario le impusieron las direcciones traidoras. La revolución
Libia está en peligro, pero el imperialismo también lo está, y en toda la
región. Nuevos choques de la revolución y la contrarrevolución se avecinan, es
más, ya están aquí. Las masas de África y Medio Oriente como los focos
revolucionarios de Asia y América Latina, demuestra que están dando mucho más
que todo de sí.
Las burocracias, aristocracias obreras y todos los partidos
socialimperialistas, sirvientes de Obama, han impedido hasta ahora que la clase
obrera japonesa, europea y norteamericana empiece nuevas maniobras de
revolución. Cuando lo han hecho como en Grecia o intentaron hacerlo en España,
o cercando Wall Street en Nueva York han sido cercados y traicionados desde
adentro por sus direcciones. Los límites que tienen las masas revolucionarias
del Norte de África y Medio Oriente en su lucha revolucionaria contra el
imperialismo es el que le imponen las direcciones traidoras, que están
impidiendo que intervengan justamente en este momento en que se queman en el
mundo semicolonial, los cuarteles de las potencias imperialistas que son sus
embajadas, la clase obrera de las metrópolis. Es que éstas son las mejores
condiciones para que se ponga en pie la clase obrera norteamericana y europea.
Pero el chavismo, los bolivarianos, los Al-Assad, stalinistas de
todo color y pelaje ya se han pronunciado por votar a Obama. Los renegados del
trotskismo los sostienen sobre sus hombros y todos juntos dirán “que atrasadas
son las masas”.
Tal cual tres Reyes Magos, los enemigos del proletariado le llevan a
Obama sus regalos. Los hermanos Castro, le entregan Cuba. Los renegados del
trotskismo y stalinistas miserables le llevan el genocidio de Siria. Y todos
los calumniadores de las masas de Libia, hoy le quieren entregar sus milicias
desarmadas y masacradas.
Eso intentan. Las heroicas masas no le han dado la oportunidad ni de
hacer regalos ni de ser reyes, en el próximo período se definirá esta cuestión.
La crisis de dirección del proletariado se agudiza. Ésta es la más
importante de las carreras de velocidad, entre qué tanto podamos las fuerzas
revolucionarias derrotar en el combate a las direcciones que traicionan a las
masas y qué tanto ellas pueden cercar y derrotar desde adentro los procesos
revolucionarios. Las fuerzas
revolucionarias concientes son ínfimas en la región pero se fortalecerán
luchando por coordinar y centralizar los organismos de combate de las masas, peleando
a nivel internacional contra todas las direcciones que traicionan la revolución.
Así, se crean las mejores condiciones para que madure un partido revolucionario
para la toma del poder.
Trotsky planteaba para los procesos que ya habían comenzado en
España y Francia en los 30 cuando aún no habían surgido partidos
revolucionarios de vanguardia y de masas, que la tarea de los grupos iniciales que
allí combatían era la de colaborar con las masas para poner en pie
organizaciones aptas para el combate contra la burguesía. Es decir, los soviets
armados y centralizados son los únicos que pueden permitir aceleradamente la
maduración de una dirección revolucionaria, mientras las masas tienen las
mejores condiciones y organizaciones para el combate.
18- Como plantea el Programa de Transición de la IV Internacional,
la crisis de dirección es la sobre abundancia de direcciones traidoras de la
clase obrera, que viven de las migajas que se caen de la explotación de la
clase obrera mundial y como viles traidores, colgados a los faldones de la
burguesía.
“Socialistas nacionales” dirán para salvar su ropa, que en Libia
hace falta un partido revolucionario y una internacional. Lo dicen muy cómodos
desde las capitales de sus países. Pero no han volcado ninguna fuerza para
hacer eso posible. Ellos están muy lejos del apotegma leninista de que
“cambiamos el Partido Bolchevique de Rusia por estar junto al proletariado en
la revolución alemana”.
Desde la FLTI hemos insistido, con nuestras pequeñísimas fuerzas, en
que la tarea de poner en pie un partido revolucionario en Libia y toda la
región, es una tarea de todas las fuerzas revolucionarias sanas del movimiento
trotskista internacional.
Sólo algunas fuerzas nos han acompañado a intentar romper el cerco
de las masas de Libia y de Siria. Pero ninguna se ha aproximado, ni siquiera un
milímetro, y lo lamentamos, a apoyarse en las fuerzas fundacionales que los trotskistas
internacionalistas fuimos capaces de poner en pie en los acontecimientos mismos
para fortalecer su ofensiva y construcción en las masas.
Efectivamente la crisis de dirección es el gran problema, pero esa
crisis de dirección se reduce a la sobre abundancia de direcciones traidoras
que estrangulan la lucha del proletariado, a la crisis de la Cuarta
Internacional y su disolución por parte de los renegados del marxismo, y
también al centrismo que aún anida en corrientes que se proclaman
revolucionarias que le impiden a la clase obrera una praxis internacionalista
capaz de declararle una batalla internacional a las direcciones
contrarrevolucionarias del proletariado que complotan también internacionalmente
contra la revolución proletaria.
Desde Libia mismo, fuerzas internacionalistas hicieron un llamado el
1ro de Mayo a poner en pie inmediatamente una Conferencia internacional de
Organizaciones Obreras revolucionarias y de las fuerzas sanas del movimiento
trotskista internacional para poner en pie ese partido revolucionario
insurreccionalista no sólo en Libia, sino en todo el Magreb y Medio Oriente.
En esa tarea, nuestras débiles fuerzas, ya actúan en los
acontecimientos. Pero nadie que hable de poner en pie un partido revolucionario
para que la revolución triunfe y no ponga el 100% de sus fuerzas o el 1000% de
ellas para que éste se ponga de pie en Libia, Siria y en la Palestina
martirizada, podrá proclamar su lucha contra los límites de la espontaneidad de
las masas. “Hace falta un partido revolucionario” suena a letanía cuando no se
ponen todas las fuerzas para poner en pie un Comité por la Refundación de la IV
Internacional que es el único partido, que puede dirigir a las masas a la
revolución. Porque sino… ¿de qué partido estamos hablando para que las masas
sobrepasen los límites de su espontaneidad, si no es la Cuarta Internacional
refundada?
Hablan de combatir la espontaneidad de las masas poniendo en pie
partidos nacionales como si estos pudieran caer del cielo, sin derrotar a las
direcciones traidoras que manipulan, corrompen y desmoralizan la lucha de las
masas.
Quieren que desde el cielo caiga una revolución de Octubre sin haber
conquistado un Kienthal o Zimmerwald que centralice las fuerzas de los
internacionalistas capaces de dirigir a partidos revolucionarios que guíen a
las masas a la victoria.
En este combate contra las direcciones traidoras de la clase obrera
mundial, trotskismo y nacional trotskismo se han vuelto incompatibles. Este
último no solo deja libre el accionar de las direcciones traidoras que actúan
centralizadamente a nivel internacional para estrangular los procesos
revolucionarios, sino que, como no podía ser de otra manera, terminan
capitulando y adaptándose a ellas país por país.
Hoy más que nunca la tarea de poner en pie un partido revolucionario
en Aleppo que resiste, en las milicias que desde la clase obrera de Libia no se
rinden, es una tarea de todas las fuerzas revolucionarias que se reivindican
del socialismo internacional.
Los acontecimientos separan aguas cada vez más entre reforma y
revolución, poner en pie un nuevo Kienthal y Zimmerwald, un bloque
internacionalista para intervenir en los procesos de revolución y
contrarrevolución en el mundo, no sólo es un programa por el cual luchar sino
una obligación.
En Siria y Libia se juega quizás el destino de la clase obrera
mundial en el próximo período.
La clase obrera europea y norteamericana debe vencer la resistencia
de sus direcciones. Sacar rápidamente las lecciones de como fue llevada a una
encerrona la revolución griega, con Syriza y su “vía pacífica al socialismo” es
una tarea inmediata e insoslayable. La clase obrera debe aprender de la
experiencia de los acontecimientos revolucionarios en Europa. La clase obrera
griega llevada a un callejón sin salida de sometimiento al orden burgués, a la
que se le impidió a los palazos limpios
del stalinismo quemar el parlamento burgués de la Troika, se la dislocó en su
lucha y a su revolución que había comenzado, del resto de la clase obrera
europea.
En Grecia, todas las fuerzas y el arco iris de la izquierda mundial
concentró sus fuerzas para estrangular desde sus inicios la revolución Griega.
Es que la chispa de Atenas podía incendiar todo Europa.
Le está yendo muy mal a la clase obrera europea.
El triunfo del genocidio Sirio y un aplastamiento de las masas de
Libia, de imponerse, traerá rápidamente la barbarie y el saqueo
contrarrevolucionario, multiplicado por mil en todo el Magreb y Medio Oriente.
Si es aplastada la revolución en el mundo semicolonial, el destino
de la clase obrera norteamericana y europea ya estará echado en la historia…
deberá mirarse en el espejo del proletariado chino, de la India y de los
explotados en Homs.
Hay que romper el cerco que también le han impuesto a la clase
obrera norteamericana y de Europa los partidos socialimperialistas. No hay
tiempo que perder.
Hay que poner en pie un Comité Internacional para enfrentar, con el
programa de la revolución socialista en Libia, a la reacción que levanta cabeza.
Hay que parar la masacre de Al Assad. Hay que poner en pie a la clase obrera
del continente americano para impedir el camino a la restauración capitalista
en Cuba. Hay que terminar con el fraude de la “vía pacífica al socialismo” como
pregona Syriza en Grecia y volver a prender la chispa de Atenas que incendie
Europa. Hay que romper el cerco que le han impuesto el estalinismo y los renegados
del trotskismo a la clase obrera y la
juventud chilena. Hay que poner de pie a la clase obrera latinoamericana para
romper con los bolivarianos y su estafa
a la revolución socialista. Hay que combatir por independizar a la clase
obrera en Bolivia, en Venezuela, en Argentina de los gobiernos bolivarianos,
para combatir como en Libia y en Siria.
Hay que sublevar a la clase obrera China contra Hu Jintao y todas
las potencias imperialistas que, como Estados Unidos y Japón, la saquean mientras
preparan nuevas invasiones en el futuro, como lo preanuncia la toma de islas
pertenecientes a China en el Pacífico.
Se vuelve imperioso poner en pie un Comité Internacional para
reagrupar las fuerzas del trotskismo principista para impedir que la clase obrera norteamericana siga atada un día
más por las direcciones traidoras que tiene
a su frente al asesino de Obama y al régimen de los “Republicratas”.
Estos son test ácidos que rápidamente seleccionan reformistas de
revolucionarios. Se trata de pelear en cada país por éste programa, porque solo
él nos acerca a sublevar realmente a la clase obrera de los países del mundo y
construir con el proletariado y la juventud una senda que marque el camino a la
victoria.
No hay tiempo que perder. Las definiciones son hoy.
No nos desesperamos, sabemos que la revolución y la
contrarrevolución no se definirán en un acto y es lo que vinimos insistiendo
desde el 2011. Se ha abierto todo un período de revolución, contrarrevolución y
bancarrota imperialista.
Pero lo que no espera hoy son las penurias inauditas de las masas,
los genocidios que hoy perpetra el imperialismo y que prepara nuevas guerras y fascismo.
De estos heroicos combates bajo el fuego candente de esta época de crisis,
guerras y revoluciones que se ha vuelto inmediata y presente, ya están surgiendo
las fuerzas materiales que volverán a llevar al bolchevismo a las masas a
condición de que los bolcheviques internacionalistas queramos y estemos
dispuestos a hacerlo decididamente.
Hoy más que nunca:
¡Fuera el CNL!
¡Vivan las milicias de Libia!
¡Las milicias no se desarman! ¡Desarmemos a la burguesía y al
imperialismo!
¡Ni un cuartel entrega las armas porque éstas son para expulsar al
imperialismo de todo el Magreb y Medio Oriente, éstas están para sostener a los
piquetes de guerra como en Marikana y para cubrirle la espalda a la clase
obrera europea!
¡Muera Al Assad y sus tropas de ocupación contrarrevolucionaria de
Siria!
¡Abajo el estado contrarrevolucionario sionista de Israel!
¡Fuera yanquis y los piratas imperialistas europeos y de Japón, de
todo el Norte de África y Medio Oriente!
Hace menos de un año en las calles de Sirte se pintaba en sus
paredes “Hoy en Libia, mañana en Wall Street”. Es una sola lucha. Esa justa
aspiración de las masas revolucionarias merece concretarse. ¡Viva la unidad de
la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo con la clase obrera
norteamericana que enfrenta al imperialismo en su propia casa!
No sólo hay que quemar las embajadas imperialistas, sino también
expropiar a la oligarquía financiera, los parásitos de Wall Street, que ahogan
a la civilización humana en una cadena de hambre, desolación, guerras y
masacres, para salvarse de su crisis.
Chávez, Al Assad y los hermanos Castro le envían condolencias a
Obama. Stalinistas y renegados del trotskismo acusan de “ultraizquierdistas” y
“salafistas” a las masas que con odio antiimperialista queman las embajadas
yanquis. Esas embajadas que son verdaderos cuarteles de la contrarrevolución
desde donde se organizan acciones contrarrevolucionarias contra las masas,
golpes militares como el de Pinochet en Chile en los 70 y genocidios como el de
hoy en Siria.
Los trotskistas de la FLTI, llamamos a retomar hoy más que nunca: EL GRITO DE GUERRA DE LA CLASE OBRERA DE
LOS 70 POR VIETNAM:
¡YANQUIS GO HOME!
Por eso combatimos en las calles de Aleppo, de Bengasi, de Misarrata
y de Trípoli el Movimiento de Obreros Voluntarios Internacionalistas, la
Brigada León Sedov y la FLTI.
Por eso combatimos a nivel internacional contra las direcciones
traidoras que le disparan por la espalda a las masas revolucionarias.
Por eso combatimos por la refundación de la Cuarta Internacional de
1938.
Movimiento de Obreros Voluntarios Internacionalistas
Movimiento Revolucionario de las milicias libias,
integrante de la FLTI
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