miércoles, 8 de agosto de 2012

Corresponsalia desde Siria: a 30 anos de la matanza en Hama.

31/07/2012

La heroica resistencia siria continúa su combate contra el asesino Al-Assad; contra Obama y todas las potencias imperialistas que sostienen a Bashar para que masacre a la clase obrera y el pueblo explotado de Siria; contra Hu Jintao, asesinos de las masas chinas a cuenta de las transnacionales, y el genocida Putin, que arman hasta los dientes a las tropas contrarrevolucionarias de Al-Assad.

¡Homs y Aleppo no se rinden! ¡Viva el Homs revolucionario, capital de la revolución!

¡No permitamos que expropien esta heroica revolución! Para ello: ¡Abajo Al-Assad! ¡Todo el poder a la clase obrera: a los Comités de Coordinación Locales, las milicias obreras y populares y los comités de soldados! ¡Sin el CNS y sus generales de Al-Assad, sin capitalistas esclavistas y sin piratas imperialistas!
Al igual que sus hermanos de clase de todo el Norte de África y Medio Oriente, los revolucionarios de Libia marchan a Siria a combatir contra Al-Assad y el imperialismo, para impedir así también que la revolución libia termine de ser expropiada por parte de los políticos y generales khadafistas del CNT, agentes de las potencias imperialistas.
A pesar y en contra de la cobardía y la complicidad de la izquierda reformista mundial con la masacre de Al-Assad…


¡El Comité de Voluntarios Obreros Internacionalistas de Libia ya combate junto a los martirizados explotados de Siria!

Hama (cuyo nombre en árabe significa“Fortaleza”) es una ciudad ubicada geográficamente en la región conocida como “Siria central”, al norte de Damasco, a una distancia de 50 kilómetros de Homs y a 150
de Aleppo.

Allí decenas de nuevos amigos, contentos con nuestra presencia, pero vitalmente concentrados en su tarea de preparar el derrocamiento revolucionario del régimen genocida, nos contaron que el ejército
sirio bajo el mando de Hafez Al Assad (el padre de Bashar) en febrero de 1982 asesinó a 25.000 personas que, en aquel entonces, al igual que hoy, se sublevaron por el pan y mejores condiciones de vida. Treinta años después la historia se repite con la misma vehemencia.


Decididos a continuar nuestro rumbo, partimos desde Hama. Los saludos, los abrazos y la sinceridad por sobre todas las cosas, llegaban de a montones para hacer más cálida la despedida. Cruzamos el río Orontes y llegamos a Homs, donde comenzó el levantamiento insurreccional contra el asesino Al Assad. La ciudad se encuentra en ruinas, los bombardeos del ejército hicieron estragos. Pero la resistencia de las masas se mantiene en una moral y una combatividad inigualable. Obreros, estudiantes, comerciantes
arruinados, es decir el pueblo pobre y explotado, nutre a las milicias; una fiel postal a la que ya conocimos en Libia. ¿Las “tropas de la OTAN”, “el armamento aportados por las potencias invasoras”? bien gracias, no son más que una fabula en boca de los que quieren cercar a esta heroica revolución.


El sábado fue un día de combate, mejor dicho, de ataque cobarde por parte del ejército de Bashar. Una nueva embestida del régimen había de abalanzarse sobre las masas.
La escasa tranquilidad del ramadán, se quebró cuando una hilera de tanques del ejército asesino de empezó a bombardear las barriadas Bab al-Sebaa, al Mreijeh, al Nezha, Akrama, el Karm, al-Zaytoun y
al-Karem, Loz, Jaldiya, Al-Waer, donde se concentran las fuerzas de la resistencia armada de las masas.


Luego de una desesperada lucha de los milicianos defendiendo a su pueblo, consiguieron que se retiraran las tropas asesinas gubernamentales. La efusividad de la batalla había de durar muy poco,
cuando se conoció la pérdida de un centenar de milicianos.

Niños, mujeres, hombres, ancianos… desde todas partes llantos y gritos desgarradores se alzaban al viento. El dolor era muy intenso, una escena dramática que helaba la piel.
Al caer la tarde, millares se dieron cita para despedir y honrar a sus mártires en las calles céntricas de la ciudad. La vigilia, de un lento andar, recibía el sonido metálico de los disparos al aire que hacían los milicianos en memoria a los héroes caídos.
Pero debíamos soportar una vuelta más de tragedia y terror. Al Assad, ese vampiro a cuenta de las potencias dominantes, aún no había saciado su dosis diría de sangre de las masas explotadas.

cuadras del cementerio, empezó a llover desde el cielo una imponente ráfaga de balas. Los helicópteros artillados estaban encima de todos nosotros. Decenas de cuerpos despedazados por las municiones
caían desvanecidos y desparramaban su carne. Otra vez el pánico se apoderaba de
los pobladores de Homs.


De un momento a otro, los helicópteros artillados desaparecieron. Los milicianos no alcanzaran a dar con ninguno. Ya en un anochecer impregnado de alaridos que clamaban piedad, venganza y ayuda de los explotados del mundo; se comenzó a sepultar los cadáveres en los baldíos, en las calles de tierra y hasta en los bordes de las plazas.
Todos los presentes se juramentaban unos otros, mirándose a los ojos: “no ceder ante el enemigo y luchar hasta derramar hasta la última gota de sangre”. Homs, la capital de la rebelión y la revolución, se daba aliento… más temprano que tarde deberá ajustar cuentas con Assad y su clan de asesinos.

Corresponsal

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