Walter Montoya, dirigente de Democracia Obrera
Buenas noches, compañeras y compañeros. Por fin estamos acá.
Y como verán, los fascistas de Al-Assad tienen la custodia de los bolivarianos.
No sólo Chávez les vende petróleo, sino que también la Kirchner los custodia
con su policía asesina para que no lleguemos a la puerta de la embajada.
Todos ellos saben bien que en el Norte de África y Medio
Oriente no hay simples movilizaciones o revoluciones “por democracia”. Saben
bien que las masas están peleando por el pan y que en la pelea por el pan los
explotados abrieron una cadena de revoluciones obreras y socialistas en todo el
Norte de África y Medio Oriente, que de la mano de Grecia amenaza con entrar al
corazón de la Europa imperialista.
Hoy estas ratas
menemistas de la burguesía sirio-libanesa, custodiadas por la policía de Al-Assad
que es la policía de los Kirchner en Argentina, vienen a acusarnos de que
nosotros estamos apoyando al imperialismo. Esa misma calumnia ya la planteó el
Foro Social Mundial con todas sus organizaciones a nivel mundial acusando al
pueblo libio de ser armados por el imperialismo. Esa calumnia fue destruida por
las mismas masas libias que le cortaron la cabeza al asesino de Khadafy.
Precisamente esa calumnia era para aislar a las masas libias; tenía un objetivo
fundamental que era cercar políticamente a la clase obrera y los explotados en
Siria para que Al-Assad, a cuenta del imperialismo, de toda la Liga Árabe y de
esas ratas sionistas del estado fascista de Israel, masacre a lo más grandioso
de la vanguardia que se levantó en Medio Oriente para continuar el combate de
Palestina que son las masas sirias masacradas en Homs, Deraa, Damasco, Idlib,
que hoy nuevamente se ponen en pie y no se rinden. Eso es lo que los pone locos, eso es lo que los desespera. Estaban esperando la rendición de los explotados, pero no hay ninguna rendición porque las masas conquistaron las condiciones para pelear. Nadie les regaló las condiciones.
Desde Europa, desde Estados Unidos y desde el resto de
América nos decían que “no había condiciones” para marchar por Siria. Pero las
masas, en las peores condiciones, al lado de las fosas comunes, se levantaron y
volvieron a combatir desde los escombros de los barrios obreros. Esa es la
realidad que los obliga una y otra vez a tener que preparar con la ONU, Hu
Jintao, Putin y la Liga Árabe, una masacre cada vez superior.
Pero compañeros, cuidado, porque una vez que Al Assad hizo
el “trabajo sucio”, el imperialismo con la ONU va a querer entrar a Siria. No
lo podemos permitir. Ya los conocemos. Ya sabemos cómo actúan. Son todos los que
les cuidan las fronteras al sionismo, porque tienen mucho miedo de que las
masas palestinas vuelvan nuevamente a las calles, revienten las comisarías de
Hamas y de Al Fatah, se armen y barran con el estado sionista de Israel. Porque hoy el cerco se rompió en el norte de Siria, desde Hatay, que es una vieja provincia siria que a partir del ´39 está en manos del imperialismo turco, y desde el norte del Líbano, con la insurrección y los levantamientos de las masas.
El cerco no lo estamos rompiendo acá, ya lo empezaron a
romper las masas, como las 400 mezquitas de Túnez que mandaron a sus jóvenes
con el Corán abajo del brazo a combatir a Siria; como los explotados libios de
Bengasi, Trípoli y Misarrata que no esperaron a nadie y armaron las milicias y
las brigadas internacionales para combatir en Siria, como sucedió en los años
’30 en la guerra civil española.
Por eso es una vergüenza que todavía no estén puestas en pie
las brigadas obreras internacionales, como se hizo en los ’30 en Argentina,
cuando compañeros delegados del sindicato de panaderos viajaron a España con
enfermeros y plata, para apoyar la lucha contra el fascismo de Franco. ¡¿Qué es
lo que estamos esperando para llevar esta moción al movimiento obrero?! Porque lo que nos unifica a los explotados del mundo para luchar junto a las masas sirias no es simplemente la lucha contra el imperialismo. Eso va de suyo que tenemos acuerdo en que son los mismo masacradores de allá como los de acá. Sino que así como en el siglo XIX a los trabajadores nos unió un combate internacional por las 8 horas, hoy para conquistar el pan, lo que nos unifica a nivel mundial es la lucha por la revolución obrera y socialista, para que la clase obrera se haga del poder.
Gracias, compañeros.
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