viernes, 16 de marzo de 2012

11/03/2012 Como ayer en Trípoli, hoy los portuarios de Msrata comienzan a desatar su lucha para impedir que el CNT y la patronal les arrebaten las conquistas de la revolución

Los ecos de la huelga realizada por los portuarios de Trípoli siguen retumbando en los galpones del puerto de Msrata. Allí, los obreros comentan que se enteraron tarde de dicha huelga, inclusive después de que había terminado, y que no conocían el pliego de demandas completo. Pero si supieron del hecho, que los llenó de indignación, al ver que todavía no estaba resuelta la cuestión salarial, la vivienda y las condiciones de trabajo, cuando para ello habían hecho una revolución. Saben que el puerto está manejando alrededor de 30 millones de dinares libios, o sea, que no es que no hay plata, sino que alguien se la está robando, según dicen.

Ven esta situación no solo en Trípoli, sino también en Msrata. Allí los portuarios comparten casi todos los reclamos con los obreros de Trípoli, como el aguinaldo, la ropa de trabajo, la vivienda, la falta de oficinas, el seguro médico, etc. Ante esta situación, en Msrata los obreros se reunieron y elevaron un petitorio a la gerencia de la empresa, que fue respondido inmediatamente con un aumento de salario, desoyendo todos los otros reclamos. Una forma más de intentar descoordinar a los portuarios de una y otra ciudad.
Para todos los reclamos, los obreros cuentan con una organización tipo sindical llamada Naqaba, pero está solamente facultada para resolver cuestiones salariales. Por ello, y porque todavía no está funcionando la Naqaba con todos los delegados, los portuarios comenzaron a organizarse en reuniones, como asambleas embrionarias.

Opinan que las asambleas son una forma de organización legítima y las medidas de lucha que tome también lo son. Por ello, acuerdan en un 100% con la huelga hecha por los portuarios de Trípoli, y le advierten a la gerencia que seguirán los mismos pasos si sus reclamos siguen sin respuesta. Inclusive están barajando las distintas posibles acciones, pues un sector se opone a la huelga, ya que ven que eso perjudicaría al conjunto del pueblo y en su lugar propone organizar una acción de protesta contra la empresa para sacar a los jefes actuales y poner en su lugar a otros, elegidos por los obreros en lucha. Hay quienes ven como método de lucha la huelga para forzar, por medio de elecciones anticipadas, a cambiar a sus jefes. Es que en esta empresa los mismos son elegidos (en elecciones fraudulentas) por todos los empleados, una vez cada cuatro años.
Así como en casi todas las fábricas y empresas de toda Libia, estos obreros portuarios vienen de haber combatido en las milicias que derrotaron al dictador, cuyo saldo les dejó varios mártires. Inclusive, muchos trabajadores no han regresado a su actividad, pues siguen organizados en las milicias.
Con respecto a sus hermanos de clase de Siria, estos obreros plantean su total solidaridad para con ellos, y se muestran totalmente dispuestos a organizar acciones, enviar brigadas, armas, municiones, etc. Pero, al mismo tiempo, ven que la acción solo desde Libia no alcanza, sino que, para que triunfen las masas explotadas de Siria, es necesaria la intervención de todo el proletariado mundial.

Para esto proponen formar una organización o un partido de la clase obrera mundial, que agrupe, centralice y coordine a todos los trabajadores en África, Europa y demás continentes, para poder intervenir en los procesos revolucionarios y liberar del hambre, la miseria y la explotación a esta clase oprimida desde siempre. Ponen como ejemplo a "…la organización internacional que coordinó el envío de brigadas obreras de todo el mundo para combatir contra el fascismo de Franco en la guerra civil española de los '30…", que no es, ni más ni menos, que la IV Internacional con su programa de fundación de 1938.

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