miércoles, 14 de marzo de 2012

18/2/2012 Carta de un obrero egipcio: La visión de un trabajador del canal de Suez sobre los Socialistas Revolucionarios de Egipto

En la ciudad de Giza se encuentra el local de los Revolutionary Socialists (Socialistas Revolucionarios), un partido activamente interviniente en la revolución egipcia, iniciada a fines de enero de 2011.
Hace algunos días tuve un encuentro casual con uno de sus militantes. En una breve conversación este resume lo que su partido está desarrollando en Egipto y cuales son sus perspectivas a futuro.
Lo primero que mencionó sobre el momento actual de la revolución de Egipto es que se está viviendo una batalla entre dos grandes frentes: el frente revolucionario (compuesto por ellos mismos, el Movimiento 6 de abril, el Frente Nacional por la Democracia y la Justicia, sindicatos obreros Independientes y movimientos sociales) y, el frente opuesto (compuesto de el cuerpo militar y las fuerzas islámicas).
A esto agregó que hoy Egipto tiene dos desafíos: cómo continuar con la vida con una distribución equitativa de la riqueza, y cómo conseguir la democracia.

La forma de conseguir esto, para él, es que todas las fuerzas revolucionarias deben organizarse en un frente y que establezca buenos contactos en el movimiento obrero.
Por delante, ve que hay dos desafíos: las elecciones presidenciales y las elecciones a constituyente.
En estos momentos se encuentran discutiendo si participaran o no, bajo qué programa, con qué candidato, etc.
Uno de los pasos a seguir, según él, es continuar con la organización de comités obreros. Es que antes de la revolución el control estatal del movimiento obrero era total. Pero hace dos años que estos se vienen organizando independientemente. Ya hay alrededor de 300 comités obreros, en donde se agrupan unos 2.000.000 de trabajadores.

Para este militante de RS, los obreros se organizaron para pelear por una distribución de la riqueza, por echar a los patrones y los corruptos y por mejoras salariales. Pero las peleas políticas están en manos de partidos, movimientos y organizaciones sociales, por lo cual queda pendiente la tarea de unir a los trabajadores con la lucha política.
La “lucha política” a la que se refiere RS, es por establecer un programa, según ellos “del pueblo”, basado en cinco puntos:
-Nacionalización de las grandes fábricas (o bien pagando indemnización, o bien mencionando que estas fábricas ya hicieron mucha ganancia y esa era su indemnización)
-Aumento del salario minimo
-Establecer un frente de todos los que estaban en combate
-Hacer un juicio revolucionario a Mubarak y su régimen
-Terminar con el gobierno militar

Cuando le consulté sobre su visión de los procesos revolucionarios en los demás países, me dijo que su partido apoyaba las revoluciones en Medio Oriente y todo el mundo, cuando éstas son antiimperialistas, a las cuales había que darles todo el apoyo.
Señaló que si bien le parecía un gran gesto de internacionalismo el hecho de que entre las milicias libias se encontraran cientos de combatientes egipcios, justificaba esto diciendo que las fronteras estaban abiertas en la época de la insurrección libia, pero que hoy el caso de Siria es diferente. Para apoyar esa revolución veía como efectivas otras acciones, tales como una movilización a la embajada, o reuniones internacionales entre varios partidos que se dicen revolucionarios de toda la zona para discutir qué acciones llevar adelante, para ayudar al pueblo martirizado por Bashar al-Assad.
Por último me comentó que todavía no han discutido ningún plan de lucha ni próximas medidas, pero si bien no hay ningún organismo que nuclee a todas las fuerzas revolucionarias, ellos están en contacto entre los distintos partidos y movimientos para sacar adelante nuevas acciones.
Mi visión, como obrero revolucionario es que la política de RS se muestra claramente reformista, y, no hay que perder de vista que esta organización es sección en Egipto del SWP inglés. Es que no sólo tienen un programa reformista de expropiación con pago y sólo de las grandes fábricas (sin decir nada del petróleo, gas, tierras, etc.), sino que no plantean una perspectiva de poder con los organismos soviéticos de las masas en lucha. Ni siquiera se dan una política para ponerlos en pie, teniendo todas las posibilidades para hacerlo al dirigir dos millones de obreros y estar en contacto con el resto de los movimientos que dirigen a la juventud y otros sectores sociales. Opino que podrían tranquilamente llamar a un congreso en Plaza Tahrir de todos los combatientes de la revolución, de los jóvenes revolucionarios y de los obreros organizados y este congreso se llevaría a cabo, pero se niegan a ello.

Su política deja ver que lo que quieren es más bien un frente único de partidos, “por arriba”, para evitar cualquier vestigio de auto-organización y democracia directa.
Categóricamente sostengo que con su política mantienen al movimiento obrero bien separado y dividido, sometido a una lucha económica, sin ninguna intención de que se eleve a lucha política.
Esto se expresa también en que no hay ninguna mención a seguir el camino de nuestros hermanos de clase de Libia, de partir el ejército, desarmarlo, derrotar a las fuerzas armadas, poner en pie comités de soldados y las milicias, que en definitiva fue lo que quedó pendiente de hacer en nuestra revolución. Para ellos es sólo una cuestión de democracia, que la Junta Militar no gobierne.
Ni que hablar de brigadas para ir a combatir a Siria. Marchas pacificas si, pero brigadas internacionales no.

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